domingo, 6 de mayo de 2018

TORTILLA DE PATATA

Teniendo en cuenta que las primeras tortillas de patatas no se hacían con huevo, si no con harina y patata en un intento de que la gente pobre no se muriera de hambre, tampoco es que hayamos inventado la pólvora.... Tan sólo hemos vuelto a los orígenes de ésta receta y hemos incorporado alguna cosa para que se parezca un poco más a su secuela con huevo, por si alguien lo echaba de menos.

Advertimos que es la fiesta del carbohidrato, por lo que lo desaconsejamos tomar para cenar... eso sí, si alguien se siente profundamente gordivegano, avanti, que total, de perdidos al río. La harina de garbanzo te aporta unos 22 gr de proteina por 100 gramos, con lo que unido a la harina de maiz (cereal y legumbre, la combinación mágica), podemos tener completa la cadena de aminoácido; a si que no está ni tan mal. Yo recomiendo unir éste plato a una ración de verdurita, y tenemos plato completo y sano. Y rico.

He estado un tiempito cambiando combinaciones, porque la harina de garbanzo no me acaba de gustar demasiado, y al fin he dado con la mezcla ideal, vamos allá:


Pelamos las patatas y las cebollas y las freimos en abundante aceite (ésto es algo que yo NUNCA hago, primero porque no suelo comer cosas fritas, segundo porque a Emilio le sientan fatal, tercero, porque es caro usar tanto aceite; lo que hago es cortarlas finas y ponerlas en un bol de cristal, las tapo con la tapa del microondas, y las meto unos 15-20' en el micro a potencia máxima, con un chorrito de aceite de oliva. A media cocción lo saco y le doy un par de vueltas, y vuelta al micro hasta que se acaban de hacer.

Una vez cocidas o fritas, preparamos la mezcla: En otro bol ponemos 1/3 de taza de harina de garbanzos, 1/3 de taza de harina Yolanda (o cualquiera de otra marca para rebozar sin huevo), y 1/3 de taza de maicena. Le echamos agua hasta que se hace una masa ligerita (con la misma consistencia que si batieramos huevos), y agregamos cúrcuma o colorante amarillo para darle un color amarillito, un chorro de vinagre de manzana que corta mucho el sabor a garbanzo, y un poco de sal Kala Malak (ésta sal es la Sal Negra del Himalaya, y es especial, porque en su composición aparte de cloruro sódico, tiene compuestos sulfurosos, lo que le da ese característico sabor a huevo). No mucho, porque luevo volveremos a salar.

Lo mezclamos con la patata y la cebolla, y lo echamos en sartén, previamente calentada con un poquito de aceite. ¿El truco?, una sartén buena que sólo utilicéis para tortillas, y fuego fuerte al principio, y después tapáis la tortilla y bajáis el fuego al mínimo, dejándola así unos 8 minutos para que vaya cuajando. Vuelta con cuidadito, y lo mismo: fuego fuerte al principio y después con la sartén tapada y el fuego al mínimo otros 8 minutos. Repetís hasta que se quede doradita y cuajadita ajustando fuegos y tiempos.

Emplatáis y espolvoreáis con un poco más de sal kala malak por encima, y dejáis reposar. Está más rica de un día para otro. Como siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario